Cinco Días publica un artículo de opinión de Alfonso Castro Acedo, Director de Arquia Gestión
Los elevados niveles de desempleo, el descenso de los salarios debido a la precariedad laboral, y el aumento de la esperanza de vida -unido a la disminución de la natalidad-, están planteando importantes dudas sobre la viabilidad futura del sistema de pensiones. En este contexto el Gobierno da por sentado que el fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones, se agotará este mismo año. Al finalizar 2016 contaba con 24.200 millones de euros, mientras que en 2011 tenía más de 66.000 millones.
La experiencia europea evidencia que hay que buscar un mayor equilibrio entre el sistema público y sistemas de capitalización privada, para diversificar las fuentes de ingresos de los pensionistas. El cambio hacia un sistema de capitalización posiblemente debería implicar un proceso de transición, la implantación de un sistema mixto en el que se combine la parte de la solidaridad intergeneracional o reparto (sistema actual) con un modelo de capitalización donde cada beneficiario o pensionista debería recibir una pensión en función de la cotización de toda su vida laboral. Este cambio también debería partir de una mayor concienciación social, de la comunicación a los ciudadanos de la pensión esperada en su jubilación, en base a los datos que posee la seguridad social, para poner de relieve la importancia de fórmulas complementarias como planes de pensiones corporativos o planes de ahorro particulares.
Cabe destacar que en los últimos años los planes de pensiones corporativos o empresariales han quedado bastante rezagados en España, principalmente por dos motivos: en primer lugar por la crisis económica iniciada en el año 2008 y en segundo lugar, por la falta de incentivos fiscales a su contratación por parte de las compañías. En cambio, los planes de pensiones empresariales deberían convertirse en un elemento básico del sistema de previsión social, contando con incentivos fiscales y con el respaldo de una regulación obligatoria o semi obligatoria.
En definitiva, el nuevo escenario económico y social, unido a los nuevos retos demográficos, urge a seguir la estela de otros países europeos y establecer una nueva hoja de ruta para asegurar el futuro de las pensiones, garantizando prestaciones para todos los ciudadanos, ahora y en los próximos años.