Suena el tictac del reloj. El 31 de diciembre se convierte en el último día para hacer aportaciones a un plan de pensiones, y con ello poder deducir esa cantidad de nuestra base imponible de cara a la declaración de la renta de 2018. Sí, la que cumplimentaremos a partir de la primavera de 2019. A la vuelta de la esquina.
Esa gran ventaja fiscal es el principal reclamo que año tras año nos reiteran desde entidades financieras y gestoras para que nos animemos a contratar su plan de pensiones. Y además nos recuerdan que uno se puede cambiar de un plan a otro tantas veces como quiera y sin tener que tributar por ello. Es el pan nuestro de cada diciembre.
Pero no se deje llevar por las prisas de la recta final del año y repasemos qué debe de tener en cuenta a la hora de decidir contratar su primer plan de pensiones, hacer aportaciones extraordinarias al que ya tiene o cambiarse al vehículo de ahorro de la competencia.
De acuerdo a la encuesta del I Observatorio del Ahorro y la Inversión en España Bestinver-IESE, un 78% de los inversores considera que la pensión pública será insuficiente para mantener su nivel de vida. De hecho uno de cada cuatro inversores encuestados de entre 35 y 44 años cree que no tendrá pensión.
A pesar de ello, son los mayores de 54 años los que más importancia le dan a la contratación de planes de pensiones o seguros de ahorro de cara a preparar su jubilación. No obstante, el inversor español comienza a preocuparse por su jubilación cuando le quedan apenas diez años para esta llegue.
Clara Armengol, miembro de la Comisión de Financiación de la Fundación Edad&Vida y directora del negocio de ahorro y pensiones de BanSabadell Vida y Pensiones, resume en tres aspectos principales lo que hay que tener en cuenta al elegir vehículo de ahorro, tanto si es a final de año como en cualquier otro momento: “el horizonte temporal del plan, es decir, la fecha objetivo en que deseamos jubilarnos; el perfil de riesgo que se está dispuesto a asumir; y la gestión y acompañamiento que la entidad que lo gestiona realizará tanto durante la etapa de acumulación como durante el periodo de desacumulación”. “No somos todos iguales, ni tampoco expertos, por lo que es importante que nos ayuden y acompañen a conseguir el objetivo de ahorro que deseemos cada uno”, advierte.
Por su parte Gloria Siso, responsable de ahorro e inversión de ING, insiste en que desde su entidad “nos gusta trasladarle al cliente la importancia de tener su ahorro en productos con rentabilidades consistentes y bajas comisiones. Estos dos factores son clave para que el conjunto de nuestras aportaciones sean útiles y efectivas de cara a planificar la jubilación con una visión de largo plazo” y resalta que no hay que olvidar que a pesar de ser un producto menos líquido que otros, debido a que su filosofía se basa en el ahorro para la jubilación, existen eventos que permiten rescatar el capital en caso de necesidad (enfermedad, desempleo…) y a partir de 2025 se podrán rescatar las aportaciones con más de 10 años de antigüedad”.
Deducciones. No hay cambios respecto a la principal ventaja fiscal de los planes de pensiones: poderse deducir hasta 8.000 euros o el 30% de las rentas de trabajo y actividades económicas percibidas en el año, por invertir en planes de previsión y PPA, sus homólogos en el sector asegurador. También siguen vigentes los límites para el cónyuge –2.500 euros anuales, siempre que no tenga otras rentas– o los 24.250 euros para personas con discapacidad y 10.000 para sus parientes.
Sin embargo, sí tiene fecha de caducidad muy próxima –de hecho, hasta el 31 de diciembre– otra de las ventajas que aún estaba el vigor. Nos referimos a la posibilidad de aplicarse una reducción fiscal del 40% quienes tuvieran un plan suscrito antes de 2007, se convirtieron en pensionistas en 2011 como tarde pero que aún no han cobrado su prestación. Si este es su caso y decide cobrarlo en forma de capital, tiene de plazo hasta final de año para beneficiarse de esta desgravación que afecta a las aportaciones realizadas hasta 2007 y los rendimientos obtenidos.
En cuanto a la mencionada ventaja fiscal, Alfonso Castro Acedo, director de Arquia Gestión, resalta que aunque sea la característica que más se publicita y quizás tenga más adeptos, “no podemos olvidar que los planes de pensiones son productos gestionados profesionalmente que nos permite acceder de manera diversificada a cualquier mercado y desde un importe de inversión bajo. Otra de sus ventajas es la transparencia del producto pues podemos conocer la composición del vehículo, su cartera de inversión y el riesgo asociado a las mismas. Además hay que destacar la seguridad del producto por su regulación, supervisión, sin olvidar que el plan de pensiones siempre es titularidad de sus partícipes y no forma parte del patrimonio de la entidad que lo comercializa, gestiona o deposita”.
En el análisis de qué gestoras ofrecen al inversor o ahorrador “garantías suficientes demostrando un track record y un histórico de gestión sólido y destacable a largo plazo, que haya gestionado planes de pensiones en distintos ciclos económicos y demostrando experiencia para ofrecer buenos resultados en todo tipo de escenario, idealmente superando sus índices de referencia y la media de sus competidores directos” es donde hace hincapié Lorenzo Parages, director comercial de March Asset Management. Este experto, añade a las ventajas generales ya citadas, “que estos vehículos tienen por lo general una comisión de gestión inferior a los fondos con estrategias de inversión muy similares”.
El partícipe busca seguridad. La campaña está a punto de terminar y las entidades hacen balance. A causa del aumento de la inestabilidad y de la volatilidad de los mercados “los productos con más demanda están siendo los de renta fija flexibles y en menos grado los planes de renta fija mixtos”, resume el director de negocio institucional y grandes cuentas de Merchbanc. Mientras que desde Arquia, observan que dada la evolución de los mercados “y quizá llevado por una posible sensación de miedo los productos que se están demandando son garantizados o de muy baja volatilidad, olvidando quizá que lo importante en productos para la jubilación siempre es el horizonte temporal y que en las inversiones a largo plazo ciertos periodos de volatilidad suelen ocurrir”.
Según Clara Armengol, de la Fundación Edad&Vida y BanSabadell Vida y Pensiones. “este año se están solicitando planes de pensiones de ciclo de vida” que se van adaptando a las necesidades de cada ahorrador, un tipo de plan similar a los Dinámicos que están captando la mitad de las entradas que están registrando en ING.
Para Carlos Herrera, de EFPA, “lo importante es buscar el plan que se adecue a mi perfil de riesgo. Si me falta poco para la jubilación, contrataré un Plan de Previsión Asegurado (PPA), dónde mi capital estará totalmente garantizado y, por contra, si no tengo miedo a tener activos en acciones, seleccionaré un Plan de Pensiones de Renta Variable dónde la expectativa de rentabilidad a largo plazo es más elevada”.
“Lo que no hay que tener en cuenta son los incentivos en forma de dinero o electrodomésticos varios, ni compensaciones en metálico que conlleven perversas cláusulas de permanencia en un producto que hay que analizar con otros criterios más serenos, no mediatizados por la urgencia de fin de año: solidez, consistencia, adecuación al perfil inversor, comisión de gestión y rentabilidad/volatilidad histórica”, insiste Carlos de Fuenmayor, director de negocio institucional y grandes cuentas de Merchbanc.
Rendimientos. Televisores inteligentes, cheques regalo en Amazon o bonificaciones del 5%, todos esos reclamos para que lleve sus ahorros a uno u otro plan de pensiones no salen gratis. Además de que aceptarlos significa muchas veces permanencias elevadas o hacer aportaciones cuantiosas, debe saber que Hacienda va a querer su parte.
Da igual que sea un regalo físico o la devolución de parte de lo aportado, lo recibido tiene la consideración de rendimientos del capital mobiliario y se incluyen en la base imponible de las rentas del ahorro.
¿Y cómo sé el valor del regalo? Normalmente, aparecerá en las condiciones del contrato. Si no es así, pregunte.
En su opinión, cada vez va a ser “más insalvable el complementar la menguante pensión pública con una tasa de reposición decreciente que en pocos años no alcanzará ni el 50% del último sueldo que se tenga como trabajador activo”. Ante este panorama, los planes de pensiones van a pasar de ser una inversión electiva a una obligación ineludible ante un escenario nada prometedor para los pensionistas, presentes y futuros”.
Centenarios. Llegar a cumplir los 100 años es cada vez más habitual en nuestro país y esto tiene sus claras repercusiones sobre el sistema de pensiones, que tendrá que soportar pagos durante más años a medida que los pensionistas soplen más velas. Según las conclusiones de la Encuesta sobre jubilación y hábitos de ahorro de los españoles, elaborada por el Instituto Santalucía, si fueran a vivir al menos 100 años, los españoles querrían cotizar durante 39 años y pasar como jubilados 36 años (más del doble que en la actualidad).
Planes de empresas. Según un el II Informe de situación de las pensiones en España, elaborado por KPMG, con una muestra de 235 compañías de diferentes sectores, el 22% de las empresas incluyen la planificación de la jubilación en sus agendas de recursos humanos para 2019, porcentaje que subirá al 53% en 2020.
Alfonso Castro (Director de Arquia Gestión). 19 de diciembre de 2018 - Último momento para ahorrar en planes. Cinco Días. Por Vera Castelló.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/12/18/midinero/1545161104_100941.html